Ciudadano Presidente de la República;
Ciudadana coordinadora (Josefina Vázquez Mota);
Ciudadanos coordinadores de los Grupos Parlamentarios;
Señoras y señores;
Convergencia acude a los Diálogos por la Seguridad con plena convicción republicana, con la intención de sumar esfuerzos, tender puentes y lograr resultados.
México lo necesita; los hombres y mujeres de nuestra Nación, todas las familias de nuestro gran país necesitan y exigen el derecho sagrado de vivir en paz, sin miedo y sin zozobra.
Por eso, en esta hora de definiciones, Convergencia tiene claro la máxima suprema de que nadie puede estar por encima de la ley. Este principio es base y puntal de nuestro régimen republicano y lo debe ser también de nuestra democracia.
No puede haber desarrollo posible, no puede haber justicia social, no puede haber patria, si este principio es vulnerado. Por ello Convergencia aceptó la invitación y ha entregado, como ya lo hizo el senador Luis Maldonado, una propuesta que en mi opinión, Presidente cubre ampliamente las cuatro áreas de trabajo que usted planteó en su intervención inicial. Porque si este conjunto de iniciativas que ya fueron presentadas, que van a ser actualizadas y que esperamos y aquí le tomamos la palabra a la coordinadora, para que Convergencia exprese su voluntad de concretar fechas para aprobar la agenda básica de seguridad pidiendo también que se considere esta propuesta que esta planteando Convergencia.
Porque eso le permitirá precisamente que las instituciones tengan todo el entramado jurídico necesario para que con la ley en la mano el Gobierno de la República, pueda hacer uso de toda su inteligencia estratégica y organizativa, de todos sus recursos logísticos y operativos para ganar la iniciativa en una ofensiva integral contra las organizaciones criminales que hoy se asumen como fuerza capaz de enfrentar al Estado al controlar territorios y poblaciones, enfrentar e infiltrar a todas las corporaciones policiacas y, lo mas grave de todo, al cobrar noción de existencia en el imaginario colectivo como una entidad con peso y mando, que no autoridad, similar a la del Estado.
Mientras el crimen organizado tenga una economía que lo nutra de recursos; mientras tenga la capacidad de tener un sistema de complicidades financieras y comerciales a su favor; mientras haya corredores de bolsas de valores, entidades financieras, empresas comerciales nacionales y extranjeras que por codicia y lucro se asocien con ellos, el monstruo seguirá vivo, podremos cercenar una y varias cabezas, pero la palpitante sangre del dinero y los recursos harán que nazcan muchas mas.
Ataquemos pues su fuente de recursos, como lo han expresado multitud de analistas, que las secretarias de Hacienda y Crédito Público, Economía y Relaciones Exteriores, hagan su parte y que la hagan bien. Sangremos al monstruo por un costado no tocado para que ahora sí, comience a morir.
Se lo debemos a los cientos de miles de familias mexicanas que viven día a día en carne propia el miedo; se los debemos a los millones de mexicanos que ven atónitos cómo ésta batalla sigue día a día y se recrudece y comienzan a dudar si el Estado mexicano puede ganarla; se lo debemos a los hombres y mujeres que han caído en el cumplimiento de su deber; a todos los policías que genuinamente defendieron la ley y a sus conciudadanos y cayeron frente a los criminales, muchos, muchísimos de ellos, y esto nos debe llenar de vergüenza traicionados por sus pares y a veces por sus propios jefes.
Se lo debemos a los periodistas que han sido asesinados, y a los que han sido amenazados por no cumplir con el trabajo de informar, de denunciar, de sacar a la luz la infección que envenena a la Nación.
Se lo debemos a los hombres del Ejército y a la Armada que hacen un trabajo que de origen no les corresponde; que han asumido una función que la Constitución no la manda y pese a ello, han tenido que ofrecer su vida, y a costa del sacrificio de muchos de ellos, están conteniendo a la ola de criminales.
A todos ellos se lo debemos, se los debe su Gobierno, ciudadano Presidente, se los deben las instituciones públicas, políticas de la República, se los debemos los partidos políticos, en suma, se los debe el Estado mexicano.
Convergencia tiene la voluntad de que a partir de este Diálogo por la Seguridad, inicie la construcción de un gran acuerdo nacional cuyo centro de atención sea la gobernabilidad democrática y el fortalecimiento del tejido social.
Por eso, nosotros consideramos que la propuesta de Convergencia puede ser revisada, analizada, enriquecida para que pueda ser aprobada. Creemos, ciudadano Presidente, que en el tema de la reincidencia con relación a las penas y a la conmutabilidad de las penas en el monto de menor cuantía se considera para los primos delincuentes, pero no así para los reincidentes.
Volvemos a expresar nuestra convicción de que el combate al crimen organizado que asola a México, no puede tratarse como el mero incremento de los recursos de las policías, estamos de acuerdo en que debe haber más recursos, pero no es, consideramos, la única manera como pueden combatirse las raíces del mal.
Combatamos al mal que nutre de recursos a los criminales con una política pública de Estado que destruya sus fuentes de financiamiento y de blanqueo de recursos, pero sobre todo, una política pública que combata las raíces de ese otro mal que ya existía mucho antes que los criminales y que sirve para alimentarlos de carne de cañón y de una complicidad social obligada por el miedo y la necesidad.
Para ese mal, nuestro partido ha propuesto, y están las iniciativas en ambas Cámaras, combinar economía y justicia social en forma de una política orientada no sólo al control de las variables macroeconómicas, sino también de manera decidida, a la recuperación de la planta productiva, la generación de empleos, el combate a la desigualdad, el fortalecimiento del mercado interno, en suma, dejar de lado la economía de casino, la economía de la especulación que nos lleva crisis tras crisis.
¿Cómo pretendemos que los criminales no encuentren una base social dispuesta a sumarse a sus filas, si sólo de 2006 a 2008 los mexicanos en situación de pobreza alimentaria aumentó en más de 5 millones de personas para sumar 19.5 millones de conciudadanos?
¿Cómo no va a suceder, si a esos casi 20 millones de mexicanos se agregan los que padecen pobreza patrimonial y pobreza de oportunidades para darnos el dato brutal de que cerca de un 60 por ciento de la población del país vive con pobreza? No podemos ignorar esto.
Ciudadano Presidente, señoras y señores coordinadores, ahora lo importante es también urgente, en eso coincidimos con usted, es tiempo de actuar y de tomar decisiones difíciles para enfrentar a criminales que no reconocen límite y ponen a prueba la República, a nuestra democracia y a todo nuestro pacto social.
La unidad debe hacerse sí, pero en el marco del respeto y en el cauce de la ley. No podemos tolerar que se viole la ley para imponer la ley. La fuerza del Estado no puede ser la fuerza de la arbitrariedad.
La batalla contra los criminales la debe ganar el Estado mexicano con la ley en la mano, con el respaldo de todas las fuerzas políticas, con el apoyo de la sociedad, pero poniendo unidad de propósitos, inteligencia organizativa para concentrar toda su fuerza en los puntos estratégicos que pueden doblar al enemigo.
Por eso hemos venido aquí a extender la mano y a asumir nuestro compromiso para dialogar, para presentar propuestas como ya se ha hecho, y también como ya lo planteó al seno de la Junta de Coordinación Política el senador Luis Maldonado en el Senado de la República, Convergencia también lo hace en la Cámara de Diputados y además presentamos, personalmente lo hice, una iniciativa para que el formato del Informe de Gobierno, fuera como usted lo describió hace unos minutos, con su presencia, escuchando a los representantes de los grupos parlamentarios y dándoles también respuesta en un marco de respeto. Por eso nosotros, ni nos ponemos orejas de burro como lo hizo el ex Presidente Fox cuando fue diputado, ni colocamos mantas en la máxima tribuna del país.
Creemos que en este año 2010, en el año del Bicentenario, Convergencia pone su voluntad y su buena fe, porque es el mejor homenaje, pensando en el legado de los hombres y mujeres que con sacrificios y en medio de tempestades todavía más graves que las nuestras, tuvieron claro que frente a cualquier peligro, frente a cualquier reto, frente a cualquier adversidad, siempre, siempre la patria es primero
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